Después del largo camino, sin apartar el pensamiento de los compañeros relegados en quien sabe cual compartimiento del avión, Culebra respiro al ver culminado el viaje, pronto seria el reencuentro y lograría finalmente entregar su presente.
Al salir del avión y acercarse los compañeros de viaje, sonreían y preguntaban con picardía y el Queso? Y se escuchaban risas disimuladas, nadie entendía el verdadero significado, el reto en que se había convertido el lograr llevar hasta el final una tarea aparentemente tan sencilla, y sin embargo salpicada de tantos imprevistos.
Al final del largo pasillo, estaba el equipaje, montones de maletas, cerros de bolsos, identificados y sonriéndole a sus dueños, Culebra se acercaba con un extraño presentimiento, sentía una inquietud fuera de lo normal, y al recorrer con la mirada la fila multicolor, sintió una frustración muy grande, allí no estaba EL QUESO, sin poderlo creer, intento serenarse y comenzar nuevamente la búsqueda, y nada, sencillamente NO ESTABA.
Ignoraba la suerte que habían corrido los lácteos amigos así que respiro profundo y comenzó la segunda parte de la historia.
-Vengo a reportar un equipaje extraviado
-llene el formulario y deje un numero de teléfono donde será contactado
-Usted no comprende señorita, es una larga historia pero en ese maletín vienen unos QUESOS
_QUESOSSSSSS? Usted no puede traer quesos al Imperio Sr.
Culebra intentaba razonar con la encargada de los equipajes perdidos pero ellos prácticos y rígidos se guiaban por un procedimiento a seguir, nadie pensaba en los quesos, en su futuro, en que su vida no era muy duradera y estaban destinados a alegrar la vida de alguien no a desaparecer descomponiéndose en algún deposito oscuro rodeado de quien sabe que.
-Srta. esto no puede estar sucediendo los quesos salieron tienen que haber llegado.
-Pues los quesos no están, y usted no debió traer queso
-ese no es el problema, si los encuentra si quiere se los dejo probar, pero MIS QUESOS tienen que aparecer. –ya estaba entrando a formar parte el orgullo, la rabia y la impotencia, las horas pasaban y se ignoraba su paradero.
Llamadas internacionales comenzaron a cruzarse, personas del Norte y el Sur, intentaban ubicar Los Quesos.
Culebra vociferaba, gritaba, amenazaba con ir a las autoridades competentes, un hecho así no podía quedar impune, tanto fue la movilización que de pronto se recibió una llamada.
Ha aparecido un maletín sospechoso…….
-Que alegría!!!
-Describa su forma y contenido
-Negro, pequeño, con dos asas, y tiene unos Quesos e su interior
-QUESOSSSSSSSSSS????
-SIIIIIII, quesos, los quesos de los que me han intentado separar constantemente.
-Tendrá que esperar el procedimiento, las autoridades requieren hacer una inspección.
Tras cuatro horas de espera, apareció una señora muy bien arreglada, con el maletín en cuestión, culebra procedió a abrirlo con el alma en un hilo, y allí estaban, tristes y magullados, los QUESOS, quesos viajeros, acusados, y sospechosos.
Culebra sintió tal agradecimiento que premio a la empleada con un beso y le obsequio un dulce.
Agotado, tenso pero contento emprendió la última etapa del recorrido, pronto podría hacer entrega de los QUESOS y se cumpliría la tarea que se había propuesto.
A cambio solo esperaba la sonrisa de su hermano y el disfrute de tan esperado manjar.
Los QUESOS LLEGARON!!!!!!!
Al salir del avión y acercarse los compañeros de viaje, sonreían y preguntaban con picardía y el Queso? Y se escuchaban risas disimuladas, nadie entendía el verdadero significado, el reto en que se había convertido el lograr llevar hasta el final una tarea aparentemente tan sencilla, y sin embargo salpicada de tantos imprevistos.
Al final del largo pasillo, estaba el equipaje, montones de maletas, cerros de bolsos, identificados y sonriéndole a sus dueños, Culebra se acercaba con un extraño presentimiento, sentía una inquietud fuera de lo normal, y al recorrer con la mirada la fila multicolor, sintió una frustración muy grande, allí no estaba EL QUESO, sin poderlo creer, intento serenarse y comenzar nuevamente la búsqueda, y nada, sencillamente NO ESTABA.
Ignoraba la suerte que habían corrido los lácteos amigos así que respiro profundo y comenzó la segunda parte de la historia.
-Vengo a reportar un equipaje extraviado
-llene el formulario y deje un numero de teléfono donde será contactado
-Usted no comprende señorita, es una larga historia pero en ese maletín vienen unos QUESOS
_QUESOSSSSSS? Usted no puede traer quesos al Imperio Sr.
Culebra intentaba razonar con la encargada de los equipajes perdidos pero ellos prácticos y rígidos se guiaban por un procedimiento a seguir, nadie pensaba en los quesos, en su futuro, en que su vida no era muy duradera y estaban destinados a alegrar la vida de alguien no a desaparecer descomponiéndose en algún deposito oscuro rodeado de quien sabe que.
-Srta. esto no puede estar sucediendo los quesos salieron tienen que haber llegado.
-Pues los quesos no están, y usted no debió traer queso
-ese no es el problema, si los encuentra si quiere se los dejo probar, pero MIS QUESOS tienen que aparecer. –ya estaba entrando a formar parte el orgullo, la rabia y la impotencia, las horas pasaban y se ignoraba su paradero.
Llamadas internacionales comenzaron a cruzarse, personas del Norte y el Sur, intentaban ubicar Los Quesos.
Culebra vociferaba, gritaba, amenazaba con ir a las autoridades competentes, un hecho así no podía quedar impune, tanto fue la movilización que de pronto se recibió una llamada.
Ha aparecido un maletín sospechoso…….
-Que alegría!!!
-Describa su forma y contenido
-Negro, pequeño, con dos asas, y tiene unos Quesos e su interior
-QUESOSSSSSSSSSS????
-SIIIIIII, quesos, los quesos de los que me han intentado separar constantemente.
-Tendrá que esperar el procedimiento, las autoridades requieren hacer una inspección.
Tras cuatro horas de espera, apareció una señora muy bien arreglada, con el maletín en cuestión, culebra procedió a abrirlo con el alma en un hilo, y allí estaban, tristes y magullados, los QUESOS, quesos viajeros, acusados, y sospechosos.
Culebra sintió tal agradecimiento que premio a la empleada con un beso y le obsequio un dulce.
Agotado, tenso pero contento emprendió la última etapa del recorrido, pronto podría hacer entrega de los QUESOS y se cumpliría la tarea que se había propuesto.
A cambio solo esperaba la sonrisa de su hermano y el disfrute de tan esperado manjar.
Los QUESOS LLEGARON!!!!!!!
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