jueves, 15 de marzo de 2007

Tu Jardin




Todos tenemos un jardín cerca del alma, algunos lo tienen cerca de sus ojos otros cerca de sus manos.

Cada quien abona su jardín y le da cuidados en forma diferente y así va tomando características únicas.

Asómate a la ventana de tu alma y revisa el tuyo, cuantas flores hay? Son dulces? Hermosas? Hay insectos cerca? Hay mariposas adornándolas?

Cierto día ella despertó y se dio cuenta que se había convertido en una fresca y alegre margarita, se encontraba en medio de un jardín preñado de luz, la naturaleza sonreía y llenaba los espacios con la música de las aves, acariciaba las horas con el suave aleteo de las mariposas y se sentía paz alrededor.
Pensó
-porque Margarita? Y un pájaro le respondió
–Por tu sencillez
-Pero no tengo aroma
-acaso has pensado que lo necesitas?
Sintió que no era justo, sintió envidia de otras flores del jardín, pero se resigno y decidió observar a su alrededor……..quería comprender los misterios del jardín.

Se dio cuenta que cerca habían otras flores, algunas muy hermosas, frescas, altivas, vestidas con galas y bendecidas con dulces fragancias, incluso tenían una suavidad increíble en sus pétalos, y atraían las miradas, las sonrisas y la admiración de cuantos se asomaban a tu jardín.
Escucho una voz muy cerca que le decía dulcemente………….
-Margarita, eres sonrisa no puedes marchitarte de tristeza porque ya no serás TU.

Busco la voz y no supo hallarla, entonces decidió seguir observando.

Tu hermoso jardín estaba lleno de rosas, claveles, petunias y tulipanes de hermosos colores, de vez en cuando te acercabas, cortabas una y alegrabas un momento de tu vida, te embriagabas con sus fragancias perfumadas, y alcanzabas el éxtasis a través de la suavidad de cada pétalo. Luego perdían su encanto, se marchitaban a tus ojos, su exquisito aroma se volvía rancio y terminaba no se donde y no se cuando en algún lugar estéril.
Si esa flor lleno en algo tus expectativas, tal vez conservaste un pétalo entre las paginas de un libro, al lado de un poema para luego olvidarla.

¿Cuántas veces la nostalgia, los amores, las dudas y los momentos de ilusión han sido acompañados por una solidaria margarita que ofrece sus pétalos para darle una respuesta fiel a tus dudas?

Mientras tanto, La margarita alegre con un inmenso sol en su centro, intentaba estar siempre para alegrar tu mirada y observar tu sonrisa cuando te acercabas.

Así transcurrió el tiempo entre días soleados y noches de luna, entre amaneceres llenos de roció y flores, muchas flores.
Llegaron nuevas y hermosas gladiolas, y tu jardín cada vez se volvía mas hermoso y tu mas orgulloso de tenerlo.

Cierto día el cielo se nublo y anunciaba tormenta, nerviosas las flores se agitaban, las aves buscaban abrigo y los insectos buscaban en sus cuevas refugio, tu saliste al jardín, con cara de preocupación, miraste a tu alrededor y no sabias que hacer, corrías el riesgo de perder tu jardín, las hermosas y delicadas flores que en el habitaban no podrían resistirlo, que hacer? Era una difícil decisión la que debías tomar, podías intentar protegerlas a todas, pero a costa de perderlas también a todas, se marchitarían a la vez y luego quedarías solo, sin tus alegres ninfas alegrando tus días. Podías dejarlas al natural y ver que sucedía…..era la naturaleza contra la naturaleza. Y preferiste observar………..

A medida que se acercaba la tormenta, las hermosas flores se volvieron mas altivas, su perfume envolvía a quienes osaban acercarse y los embriagaban haciéndolos sus títeres y obligándolos a llevárselas de allí.
La Margarita en silencio esperaba, como iba a terminar aquello? Como podrías reaccionar?

Cuando las primeras gotas gruesas y pesadas comenzaron a caer, tu jardín era un árido terraplén, solo la insignificante Margarita desde su lugar soportaba cada embestida, cada gota como un bautizo divino.
Te acercaste a ella, la tomaste entre tus manos y la llevaste contigo donde solo se viera la tormenta a través de un cristal, y se escucharan las gotas caer convertidas en mil violines entonando una música celestial.

Su centro se convirtió en tu Sol, mientras las nubes tapaban el cielo, y sus pétalos en tu luna. No fue eterno pero fue hermoso, el sol y la luna se fueron mezclando al pasar de los días, y la margarita nunca se marchito, simplemente se transformo en un eclipse, sin medidas de tiempo, sin leyendas, solo sucedió como suele ocurrir en la magia de los cuentos.