martes, 16 de diciembre de 2008

El ROBLE


Tras la explosión de la estrella mas pequeña del universo
Se sintió envuelto por el oscuro vacío que cegaba el cielo
El silencio envolvió su entorno y lloró.
La muerte de su estrella lo convertía en huérfano
Su soledad espesa y amarga le resbalaba quemando la piel
Confundiendo sus raíces entre tantas otras adheridas a la misma tierra
Ajenas y distantes, enroscadas a el
Igual de solitarias.

Muy cerca ella soñaba en mecerse en sus ramas,
Adornando sus bucles con las hojas doradas
En forma de lágrimas que dejaba caer.
Sentada bajo su abrigo
Resguardada de la noche, contemplaba las estrellas
Le ofreció la más hermosa
Como tributo mágico
A cambio de muchas lunas compartidas

Roble y ella
Pura vida
Distintos desconsuelos
Esencias compartidas
Almas solitarias
Fortaleza y entrega
Amor

3 comentarios:

Ana dijo...

Hummmmmmmm!

Como siempre.
:-)

Besos bella.

Carver dijo...

Preciosa poesía.

un saludo

VolVoreta dijo...

Vida, disculpa este silencio prolongado (algo tendré que hacer!).
Bella, como siempre,
Solitaria, como siempre,
Dolida, como siempre,

pero...acompañada, en la distancia, como siempre.
Te deseo Feliz Navidad y, sobre todo, que seas razonablemente Feliz.
Te dejo un fuerte abrazo, Vida, con una sonrisa.