miércoles, 25 de abril de 2007

El Queso Triunfal (III Entrega)











Agotado pero satisfecho Culebra tomo el equipaje y emprendió la última etapa.

Recibió una calida bienvenida y aunque trato de explicar resumidamente el calvario de los quesos, nadie podía comprender la magnitud del asunto.

Esa noche los QUESOS reposaron una fresca y pacifica vigilia bien merecida, mañana sería otro día, habría que dar cuenta de ellos y exaltar sus virtudes enaltecidas luego de tantas medallas de guerra.

Así amaneció, cayó la tarde, entraron las tinieblas y los Quesos yacían frescamente, disfrutando de un merecido descanso antes de su destino final,
No estaban temerosos, no estaban tristes, tenían mucho mas que cualquier otro QUESO, habían logrado un defensor incondicional, habían explorado nuevos horizontes, habían producido diferentes sentimientos a lo largo de su recorrido, Y allí níveos esperaban.

Ya entrada la noche, entre risas y algarabías recordaron los QUESOS, llego la hora, el gran momento de glorificar sus virtudes y recordar las anécdotas que los unió.

Fueron desenvueltos y divididos, con esmero y respeto, degustados con placer y elogios. Entre Culebra y los Quesos se cruzo una mirada y una sonrisa que confirmaban la complicidad de todo lo compartido.

Y fue tan significativa su presencia en la vida de Culebra que mereció la pena inmortalizar el momento, la aventura y la anécdota.

Al partir del Imperio, el personal de la línea aérea aun recordaban a Culebra lo saludaron efusivamente y enseguida preguntaron QUE? Estaban buenos los quesos? También se cruzaron algunos pasajeros que iban de vuelta y no pudieron dejar de preguntar convirtiéndose en cómplices de esta historia.

De ahora en adelante cuando pruebes un pedacito de queso, a tu mente acudirán estas imágenes y seguro pensaras, cual será la historia de este QUESO? Y podrás reírte de tus pensamientos pero seguro que la tiene.


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